A finales del siglo XIX se proyectó un sistema de abastecimiento capaz de llevar el agua hasta el casco urbano de la ciudad. El proyecto, aprobado en la década de los setenta, incorporaba la maquinaria encargada de elevar el agua desde el río, a su paso por la Aldehuela, hasta unos depósitos subterráneos situados en El Rollo con capacidad para albergar 1.800 m³. Estos depósitos subterráneos, ahora visitables, son el continente que alberga el Museo del Comercio y la Industria de Salamanca.

Este sistema de abastecimiento, que se inauguró en febrero de 1886, estuvo en servicio poco más de veinte años hasta que se decidiera construir una nueva estructura, esta vez elevada, que sirviese para atender las necesidades de una ciudad en crecimiento. Surge así el proyecto de construcción de un depósito elevado de aguas que sirviera para abastecer Salamanca mediante una moderna red de alcantarillado.

La estructura levantada fue fabricada en hormigón armado y medía 27,50 m. de altura. Tenía una capacidad de 4.020 m³ se distribuían entre dos compartimentos que, aunque funcionaban autónomamente, estaban comunicados entre sí por un sistema de compuertas.

El depósito elevado de aguas de El Rollo estuvo vigente durante gran parte del siglo XX. En 2002, ya en desuso, fue demolido por decisión municipal en medio de una gran polémica ciudadana.